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Internet democratiza el acceso a la información, pero no garantiza su calidad. Teorías conspiratorias sobre diversos temas o afirmaciones abiertamente contrarias a la evidencia aceptada por la comunidad científica se extienden por comunidades que tienen en su propia defensa un motivo para fortalecerse. El peligro de las vacunas, la oposición al evolucionismo o la negación de la relación entre el VIH y el sida son ideas que tienen adeptos en la red y ante las cuales la evidencia científica parece tener poco que hacer. La responsabilidad de los buscadores en la calificación de la calidad de las fuentes de información a las que remiten es algo tan reclamado como controvertido. |
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